Un estudio realizado por Compartamos con Colombia reveló que más de la mitad de las organizaciones sociales del país enfrenta una alta vulnerabilidad financiera: el 53% no cuenta con reservas para operar más de tres meses, y dentro de este grupo, el 35% apenas podría sostenerse un mes sin nuevos ingresos. En las organizaciones de base comunitaria, la proporción asciende al 47%, lo que refleja una situación crítica para el ecosistema social.
Dependencia de una sola fuente de ingresos
La investigación muestra que el 50% de las organizaciones sociales depende de una sola fuente de financiamiento, mientras que el 57% obtiene sus recursos a través de ventas básicas, en la mayoría de los casos sin asesoría técnica que mejore la viabilidad de esos modelos.
En contraste, las fundaciones empresariales y familiares cuentan con mayor solidez financiera gracias a capital patrimonial, donaciones estables y convenios plurianuales que les permiten sostenerse por al menos seis meses.
Falta de planeación y medición de impacto
La sostenibilidad de las organizaciones también se ve afectada por la ausencia de planificación estratégica: una de cada cinco no tiene un plan de rumbo definido y un tercio lo revisa de manera esporádica, lo que las obliga a actuar de forma reactiva.
La medición de resultados es otro desafío. Aunque siete de cada diez organizaciones realizan seguimiento a sus proyectos, más de la mitad lo hace sin indicadores definidos. Además, un tercio nunca ha medido su impacto y el 10% ni siquiera registra el número de beneficiarios, dificultando la atracción de recursos y la validación de sus logros.
Alianzas, clave para la sostenibilidad
El estudio evidencia que las alianzas estratégicas son un factor decisivo. En las organizaciones de base comunitaria y de la sociedad civil, el 83% de los vínculos son transaccionales, limitados a apoyos puntuales que finalizan con la ejecución de los proyectos.
Por el contrario, tres de cada cuatro fundaciones empresariales y familiares han consolidado acuerdos de coejecución y coinversión que fortalecen su cobertura, les permiten llegar a más territorios y asegurar la continuidad de sus programas.
Una hoja de ruta para fortalecer el sector social
De acuerdo con Nicolás Salcedo, director ejecutivo de Compartamos con Colombia, los resultados del estudio reflejan tanto un reto como una oportunidad:
“Los hallazgos son preocupantes porque muestran que muchas organizaciones están en riesgo de desaparecer, pero al mismo tiempo nos dan una hoja de ruta para fortalecerlas y potenciar su impacto en las comunidades. Reconocer la complementariedad entre la lógica corporativa de las fundaciones y la lógica comunitaria de las organizaciones sociales es la clave para multiplicar el impacto colectivo”.
El informe concluye que el riesgo de sostenibilidad de más de la mitad de las organizaciones sociales debe asumirse como un llamado a la acción. El sector privado tiene un rol clave como aliado estratégico, no solo en inversión, sino también en transferencia de capacidades y acompañamiento, para garantizar que estas organizaciones sigan transformando realidades en Colombia.
