A orillas del majestuoso Río Grande de la Magdalena, el municipio de Guaduas (Cundinamarca) se consolida como uno de los destinos turísticos más atractivos de Colombia, donde la historia, la cultura y la naturaleza se convierten en motores de desarrollo económico y social. Declarado Monumento Nacional en 1959 y parte de la red de Pueblos Patrimonio de Colombia, Guaduas es hoy ejemplo de cómo el turismo responsable puede generar empleo, conservar tradiciones y conectar a visitantes con experiencias auténticas.
A tan solo unas horas de Bogotá, Guaduas ofrece una mezcla única de patrimonio histórico, paisajes naturales, gastronomía tradicional y vivencias culturales que han despertado el interés tanto de turistas nacionales como internacionales. Su declaratoria como Monumento Nacional por la Ley 163 de 1959 ha permitido proteger no solo su arquitectura colonial y calles empedradas, sino también su esencia como territorio que impulsa un modelo de turismo sostenible.
“Guaduas conserva un legado único, desde su arquitectura hasta los relatos que perviven en cada esquina. Aquí el visitante no solo observa, sino que vive la historia”, asegura Jesús Antonio Torres, guía profesional de turismo, quien recalca la importancia de este municipio como destino patrimonial.
Turismo con identidad y diversidad de experiencias
En Guaduas, el turismo no se limita a caminar por las calles coloniales. El municipio ofrece rutas ligadas al café, la cerámica, la madera y la panela; actividades de aventura como parapente, cabalgatas, rafting por el Río Negro y pesca deportiva; además de cascadas, miradores naturales y senderos que permiten entrar en contacto con la biodiversidad.
Pertenecer a la red de Pueblos Patrimonio de Colombia garantiza un compromiso permanente con la conservación de sus fachadas coloniales y la protección de su identidad cultural. “Aunque falta camino por recorrer, el objetivo es claro: consolidar a Guaduas como un destino turístico de talla mundial, sostenible y competitivo”, resalta Torres.
El legado histórico que inspira al presente
Guaduas fue punto estratégico en el antiguo Camino Real, la ruta que conectaba el río Magdalena con Santa Fe de Bogotá. Por allí transitaron indígenas, colonos, comerciantes y personajes clave de la independencia de Colombia.
Entre ellos, brilla la memoria de Policarpa Salavarrieta, “La Pola”, heroína nacida en Guaduas, símbolo de valentía, resistencia y libertad. “Su legado sigue vivo y convierte a Guaduas en un lugar de memoria y orgullo nacional. Para muchos turistas, caminar por estas calles significa acercarse al espíritu de La Pola y entender su papel en la construcción de nuestra identidad como país”, enfatiza Torres.
En este mismo territorio también dejaron huella José Antonio Galán, precursor de la independencia, y Francisco Javier Matiz, pintor de la Expedición Botánica. De esta manera, recorrer las calles empedradas de Guaduas es entrar en un libro de historia vivo que hoy se complementa con experiencias diseñadas para el viajero contemporáneo.
“Nuestro municipio ofrece turismo histórico, cultural, gastronómico y de naturaleza. Aquí el visitante puede vivir desde una cabalgata tradicional hasta una jornada de ecoturismo con deportes extremos”, añade Torres.
Gastronomía que rescata tradiciones
La cocina guaduense es otro de los grandes atractivos. El fiambre guaduense, plato típico por excelencia, se ha reinventado gracias a concursos y festivales que lo mantienen vigente como una tradición en evolución.
“Guaduas ofrece lo mejor de la cocina tradicional colombiana, pero también ha sabido adaptarse a nuevas tendencias globales. Hoy, además de fiambres y gallina criolla, el visitante encuentra propuestas de cocina saludable y fusión gourmet que enriquecen la experiencia turística”, señala Javier Ricardo Rojas, empresario gastronómico.
La gastronomía, en este sentido, no solo satisface a los viajeros: impulsa a campesinos, cocineros y emprendedores locales, consolidándose como un motor clave de la economía regional.

El Río Magdalena, escenario de vida y turismo
El Río Grande de la Magdalena, símbolo de historia y cultura, es hoy un espacio donde el ecoturismo se convierte en herramienta de conservación y desarrollo.
Uno de los pioneros en esta experiencia es Carlos Iván Romero, conocido como Iván Romero, líder de Turibán por el Río Magdalena, empresa familiar con más de 30 años de experiencia.
“Nuestro propósito es ofrecer travesías seguras y educativas, mostrando a los turistas la biodiversidad del río y transmitiendo el valor de protegerlo. Aquí no solo se navega: se aprende a valorar las aves, los caimanes, los chigüiros y todo el ecosistema que depende del Magdalena”, explica Romero.
La seguridad, respaldada por el Ministerio de Transporte y la Superintendencia de Transporte, ha permitido que cada vez más turistas internacionales se animen a vivir la experiencia. “Muchos visitantes llegan porque saben que sus ancestros recorrieron este río para traer mercancías desde el Caribe hasta Bogotá. Revivir esa historia les genera una conexión única con el territorio”, añade.

Guaduas: un destino para quedarse
Lo que hace de Guaduas un lugar especial es la combinación entre patrimonio, naturaleza y hospitalidad. Los operadores turísticos coinciden en que para conocerlo a fondo se requieren al menos siete días.
“Con este fan trip estuvimos tres días y nos faltaron muchas cosas por descubrir. Un visitante debería quedarse mínimo una semana para disfrutar de todo lo que ofrece Guaduas”, concluye Torres.
Turismo como motor económico
El auge turístico no solo transforma la imagen del municipio, sino que dinamiza la economía local. La creación de empleos en hospedaje, gastronomía, transporte, artesanías y experiencias culturales fortalece la sostenibilidad del territorio y abre oportunidades económicas para las comunidades.
Con su declaratoria patrimonial, una gastronomía en constante evolución y el río Magdalena como eje de experiencias, Guaduas se proyecta como un destino estratégico en la ruta del turismo nacional e internacional. Aquí, el turismo no es solo ocio: es desarrollo, identidad y esperanza.